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domingo, 27 de noviembre de 2011

LAS PERSONAS CUIDADORAS TIENEN DERECHO…

A cuidar de sí mismas, dedicando tiempo y haciendo actividades simplemente para ellas sin sentimientos de culpa, de miedo y sin autocrítica.

A mantener facetas de su propia vida que no incluyan a la persona a la que cuidan, justo como lo harían si esa persona estuviera sana.

A experimentar sentimientos negativos (tristeza, rabia o enfado) por ver enfermo o estar perdiendo a un ser querido.

A resolver por sí mismas aquello que sean capaces y el derecho a preguntar y pedir ayuda a otras personas para resolver aquello que no comprendan, reconociendo los límites de su propia resistencia y fuerza.

A buscar soluciones que se ajusten razonablemente a sus necesidades y a las

de sus seres queridos.

A ser tratados con respeto por aquellas personas a quienes solicitan consejo y

ayuda.

A cometer errores y ser disculpadas por ello.

A ser reconocidas como miembros valiosos y fundamentales de su familia incluso cuando sus puntos de vista sean distintos.

A quererse a sí mismas y admitir que hacen lo humanamente posible.

A recibir consideración, afecto, perdón y aceptación por lo que hacen por la persona querida a quien cuidan.

A aprender, y a disponer del tiempo necesario para aprenderlo.

A admitir y expresar sentimientos, tanto positivos como negativos.

A decir "no" ante demandas excesivas, inapropiadas o poco realistas

A seguir desarrollando su propia vida y disfrutando de ella.

A liberarse de sentimientos y pensamientos negativos, destructivos e infundados, aprendiendo a manejarlos y controlarlos.

A rechazar cualquier intento que haga la persona cuidada para manipularle

haciéndoles sentir culpables o deprimidas.

A estar orgullosas por la labor que desempeñan y aplaudir el coraje que tienen que reunir muchas veces para satisfacer las necesidades de la persona de la que

cuidan.

A esperar y demandar que así como se están haciendo nuevos esfuerzos en encontrar recursos para optimizar la atención a las personas discapacitadas física

y mentalmente en nuestro país, se hagan los mismos esfuerzos para optimizar la

ayuda y el soporte necesarios a los y las cuidadoras.

En definitiva, el derecho a ser una misma.

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